Bienvenidos

Bienvenidos y gracias por visitar este pequeño espacio. Espero hacer de este hueco un sitio de reunión para todos aquellos que como a mi, que me enamoré de este mundo gracias a una persona muy especial que me ofreció por primera vez un té verde, os encanta perderos entre el olor de un buen té o de alguna infusión mientras escuchamos llover o simplemente mientras miramos el devenir de la ciedad tras el cristal frío de las gotas de lluvia.

Espero porder contar con vuestros comentarios.


Un saludo...


martes, 7 de diciembre de 2010

Té del Sahara

Siguiendo con mi recorrido por Túnez, tras visitar la extensa región de Tataouine y ver el desierto de piedra nos dirigimos un poco más al sur a una de las regiones de África que llevaba queriendo visitar desde que vi por primera vez la inmensidad del desierto del Sahara. Tras varias horas de autobús llegamos a otra de las joyas del Gran Sur tunecino, Chott El Jerid, un lago salado que se extiende majestuoso más allá del horizonte, en el que ver fantásticos espejismos y espléndidas puestas de sol, cuyos paisajes fueron escenario de la bella historia de amor de El Paciente Inglés. 
 

Ver amanecer en este desierto de sal es una experiencia difícil de olvidar. A lo largo de los numerosos puntos turísticos establecidos se pueden ver varias figuras o estatuas realizadas con el fin de atraer a los turistas que se dirigen hacia esta zona. El amanecer dura escasamente diez o quince minutos, pero es tiempo suficiente como para que el brillo rojizo del sol refleje una imagen espectacular en los cristales de sal y las rosas del desierto que pueden encontrarse fácilmente por esas tierras.


Finalmente llegamos a la ciudad de Tozeur, una de las llamadas Puertas del Desierto del Sahara. Curiosamentes estas puertas existen, y están erigidas justo cuando la fina arena del desierto comienza a extenderse en todas las direcciones. 


En esta ciudad pude comprar una pequeña bolsita de té divida en tres pequeños compartimentos en los que había tres tipos diferentes de té: té con pétalos de rosas, té a la menta y el que más curiosidad me suscitó, el Té del Sáhara (Sahara Thé). Su sabor el completamente diferente a todo lo que había probado antes. Poco he encontrado sobre este tipo de té, sólo que es muy consumido por los nómadas del Sáhara ya que revitaliza el alma de los viajeros y que mantiene la mente completamente despierta. Lo nuevo de este té negro es que está combinado con una alta cantidad de granos de comino, lo que la hace además de una infusión muy saludable, un sabor inolvidable para los que nos gusta este mundo. No sé si tendrá algún tipo de ingrediente secreto, pero quizás podríamos averiguarlo juntos.



Para terminar os dejo con un par de imágenes de este viaje por las lejanas tierras del Sáhara y una que me hicieron mientras contemplaba el mar Mediterráneo desde la playa de la medina vieja de Hammamet.


 (Playa de Hammamet, yo a la izquierda, mi amigo José a la derecha)


 (atardecer en el Sáhara)





jueves, 25 de noviembre de 2010

Té Mil y una noches

...Una vez más como todos los años visité el mercado medieval de Cáceres que se celebra a finales del mes de noviembre en la parte antigua (una de las más impresionantes que he visitado) de esta ciudad y que se extiende varios kilómetros por varias calles de la judería, la morería y de la zona cristiana.


Tras un par de horas perdiéndome por estas calles que tantos recuerdos me guardan, me vino el olor a especias y a infusiones que tanto me gusta. Esta vez me encontré con una tienda llena de cestas con muchos tipos distintos de infusiones, tés, bayas del goji, flores de Alejandría...

De entre todos los tés que encontré decidí comprar el Té Mil y Una Noches ya que había escuchado que tenía un sabor y un aroma muy especial. Este té es una mezcla de té negro y té verde sencha con pétalos de rosas y girasol y jazmín. El sabor es impresionante, os lo recomiendo. Aquí están algunos de los beneficios que podéis obtener bebiendo este té.

Los pétalos de rosa aporta un aroma especial y ayuda al sistema digestivo.

Los pétalos de girasol se usan para combatir los dolores de cabeza, fiebre, gripe y resfriados.

Las propiedades esenciales del té negro y el té verde son las siguientes:
  • Es antioxidante: al igual que otras variedades de té, el té negro tiene una buena concentración de polifenoles, que actúan como protectores contra radicales libres, ayudan a combatir el envejecimiento y también los problemas cardiovasculares.
  • Es astringente: al tener una buena concentración de taninos, que son los que le otorgan un sabor amargo, es ideal su consumo para combatir la diarrea o la gastritis.
  • Es diurético: el té negro colabora significativamente con la eliminación de líquidos del organismo.
  • Es reconfortante y bajo en calorías: el té negro prácticamente no aporta calorías pero sí da sensación de saciedad. Es ideal para reemplazar otras bebidas.
  • Es estimulante: contiene sustancias activas que actúan sobre el sistema nervioso central. Por tal motivo, es bueno para los desayunos.

    Espero que visitéis alguna vez esta ciudad y sus mercados medievales ya que son una experiencia única que no os quedará indiferente.
     

sábado, 20 de noviembre de 2010

Té Tunecino con Almendras

...Durante mi viaje a Túnez tuve el placer de tomar otra variante del té tunecino en una zona del sur de Túnez en la región de Matmata. Concretamente en un café que estaba situado en pleno desierto rocoso de Tataouine cerca de donde se rodaron las escenas de Star Wars. Su sabor es algo más amargo que el hecho con piñones dado que la almendra le da un toque mas áspero.


Se realizaría de la misma manera que el Té Tunecino con Piñones pero cambiando este último ingrediente:

Ingredientes:

4 cucharaditas de té verde.
Hierbabuena o menta piperita
Azúcar.

Elaboración 
En los vasitos de té se depositan, antes del echar el té , cinco o seis almendras  para que más tarde se inflen con el calor del agua.
  Echamos agua hirviendo en la tetera y tras unos segundos la tiramos (esta es sólo para calentar la tetera).
Pondremos directamente dentro de la tetera, ahora vacia, una cucharadita o dos de azúcar por taza.
Añadimos el té verde, un buen manojo hierbabuena o menta... y por último el agua hirviendo.

Dejar reposar y servir en vasos altos y delgados.
 
 

El Té Tunecino con Piñones

...Sin ninguna duda podemos decir que además de China y Japón existe un lugar en el que la cultura del té traspasa las fronteras de la mera bebida es en los países árabes. Por causas del destino tuve la suerte de probar por primera vez el Té Tunecino (en mi opinión erróneamente llamado Té Moruno) en las regiones del norte de Túnez. Concretamente en un pequeño restaurante construido en un pequeño acantilado que daba al mar en la ciudad de Sidi Bu Said. 

Recuerdo que me impresionó gratamente la manera en la que los tunecinos conciben el té. En la medina de Tunicia encontré a decenas de personas sentadas entorno a una pequeña mesa de metal labrada bebiendo té animadamente.
Yo sirvo el té con tetera de alpaca porque conserva bastante tiempo el calor
Para elaborar un buen Té Tunecino necesitaremos:

Ingredientes:

4 cucharaditas de té verde.
Hierbabuena o menta piperita
Azúcar.

Elaboración 

En los vasitos de té se depositan, antes del echar el té , cinco o seis piñones (sin tostar) para que más tarde se inflen con el calor del agua.
  Echamos agua hirviendo en la tetera y tras unos segundos la tiramos (esta es sólo para calentar la tetera).
Pondremos directamente dentro de la tetera, ahora vacia, una cucharadita o dos de azúcar por taza.
Añadimos el té verde, un buen manojo hierbabuena o menta... y por último el agua hirviendo.

Dejar reposar y servir en vasos altos y delgados especialmente creados para este tipo de té.



El sabor de este té es amargo con un toque dulce que te deja un frescor en la boca que se mezcla con el sabor de los piñones. Pero las sorpresas no acabaron aquí ya que tuvimos la suerte de probar también un dulce típico de Túnez Llamado Makroud o macroude. Es un pastel originario de la cocina tunecina que tiene su reputación de la ciudad de Kairuán. El makroud se prepara superponiendo una capa de pasta a base de sémola de cuscús y una capa de pasta de dátiles (o a veces de higos). Todo ello se recorta en forma de rombos o triángulos antes de freirlo.


 Espero que os guste!

La historia del Té

...El té, a diferencia de lo que puedan pensar los adictos a la Coca-Cola, es la segunda bebida más consumida en el mundo tras el agua y se bebe desde hace miles de años. Actualmente existen en el mundo más de 3000 variedades diferentes de té.


"Según la leyenda china, fue el emperador y erudito Shen Nung quien descubrió las propiedades beneficiosas del té. Una de sus sabias normas había sido la disposición de que, durante su reinado, toda el agua destinada para el consumo humano fuera previamente hervida.
Cuentan que un día, cuando Shen Nung estaba descansando junto a un árbol de té silvestre, una ligera brisa agitó las ramas, con tan buena fortuna, que algunas hojas fueron a caer en el agua que estaba hirviendo. La infusión resultante le pareció deliciosamente refrescante y reconstituyente y así fue como descubrió el té.
En ese entonces, la infusión se preparaba como medicina o tónico, con hojas tiernas de árboles silvestres. Para ajustar la oferta a una demanda creciente y garantizar una cosecha regular, los granjeros empezaron a cultivar arbustos de té en sus pequeñas propiedades y se fue desarrollando un sistema de desecación y fabricación.
La popularidad del té creció rápidamente en China. Se entregaba como presente a los emperadores y empezó a encontrarse en tabernas, tiendas de vino y posadas. Incluso se usaban pastillas prensadas, como trueque en las relaciones comerciales con los turcos.
Los comerciantes de té se enriquecieron y los alfareros, plateros y herreros empezaron a fabricar elegantes artículos para tomarlo, que constituían un indicador de la riqueza y del nivel social de los propietarios.

La "edad de oro" del té corresponde a la época de la dinastía Tang. El té ya no era sólo un tónico medicinal, sino que se bebía tanto por sus propiedades reconstituyentes, como por placer.
Durante este periodo el té adquirió tal importancia, que un grupo de comerciantes encargaron al escritor Lu Yu que compilara el primer libro sobre el té, "Su Cha Ching", conocido como el "Libro Sagrado del Té", que
muestra claras influencias de la filosofía Zen y del Taoísmo. La forma de preparar el té, tan poética y bellamente expuesta por Lu Yu, quien veía en ella un modelo de orden y de la armonía que reina en todas las cosas, fue la que posteriormente sería introducida en Japón, precisamente por monjes practicantes del budismo Zen.
En la época de la dinastía Tang, las hojas tiernas recolectadas se hervían al vapor, se machacaban y se mezclaban con jugo de ciruela, hasta obtener una pasta compacta que se introducía en moldes, donde se prensaba para formar una especie de pastillas que se horneaban hasta quedar secas. Para preparar una infusión, se tostaba la pastilla hasta ablandarla para poder triturarla y se hervía el polvo resultante. Los sabores más habituales se obtenían añadiendo al agua cebollas dulces, jengibre, piel de naranja,
clavos o menta.

Más tarde, durante la dinastía Song, se preferían los aromas sutiles de los aceites esenciales de jazmín, de loto y de crisantemo.
El impacto que el té ha tenido en la historia y la cultura del pueblo chino es enorme. Entre las facetas más notables está su influencia en el desarrollo de una de las más importantes industrias tradicionales chinas: la porcelana. Aunque el arte de la porcelana había sido inventado en tiempos de la dinastía Tang, fue durante la dinastía Song cuando alcanzó el refinamiento que lo caracterizaría ya para siempre.
El té llegó a convertirse en un vehículo para la espiritualidad y la trascendencia. Sin embargo, su esplendor acabó drásticamente cuando en 1279, bajo el mando de Gengis Kahn, las hordas mongoles conquistaron Pekín y más tarde lograron apoderarse de todo el país.
Los invasores se interesaron poco por la cultura y las costumbres locales. La elite gobernante fue ajena a las sutilezas y refinamientos del té y éste pasó a ser un alimento más. Los mongoles lo tomaban con crema, acompañado de arroz o frutos secos. De hecho, cuando Marco Polo llegó a China, ni siquiera lo introdujeron al antaño imprescindible ritual del té. En sus escritos describe los esplendores de las ciudades chinas, pero no hay ninguna referencia al té.
A la muerte de Kublai Khan, sobrino de Gengis, comenzó a gobernar en China la dinastía Ming, que trató de revivir los antiguos esplendores. S volvió a practicar la ceremonia del té, al tiempo que la fabricación de la porcelana conocía un nuevo auge. Fue precisamente en esta época cuando se inventó el proceso de fabricación del té verde, tal como se sigue utilizando en la actualidad.

En 1644, China fue de nuevo conquistada, esta vez por los manchúes, quienes establecieron la dinastía Quing, que permanecería en el poder hasta el año 1912. Durante la dominación Quing, se inventaron los diferentes métodos para controlar la fermentación del té, lo cual dio como resultado las variedades oolong y negro. Desde entonces, las variedades del té se multiplicaron de un modo incesante.
Pero el hecho irreversible es que, al menos en China, el té nunca volvió ya a ser considerado como un refinado elíxir, capaz de estimular la poesía y la espiritualidad más sutil. Pasó a convertirse en la bebida popular por excelencia, como todavía lo sigue siendo en nuestros días."

"Los japoneses nunca aceptaron por completo la leyenda del descubrimiento del té por el emperador chino Sen Nong. Para ellos, los secretos del té fueron traídos desde la India a China por Bodhidharma, el fundador del budismo Zen.
Se dice que al llegar a Cantón, le ofrecieron a Bodhidarma una celda en un templo de las montañas. Él hizo votos de permanecer nueve años despierto y meditando ; sin embargo, años después el sueño lo rindió. Al despertar, disgustado por su debilidad, se arrancó los párpados y furioso, los arrojó al suelo. En el lugar donde habían caído, nació una planta, como testimonio tanto de la debilidad como del sacrificio de Bodhidharma. Por ello, los monjes Zen recomiendan masticar las hojas en forma de párpado de dicha planta, para mantenerse alertas durante la meditación.

Se cree que las primeras semillas para cultivo las llevó Dengyo Daishi, un monje que estuvo estudiando en China y que a su vuelta las plantó en las tierras del monasterio. Cinco años después, sirvió una infusión elaborada con té de sus primeras plantaciones al emperador Saga, a quien, al parecer, le gustó tanto, que ordenó que se cultivase té en cinco provincias cercanas a la capital.
Cuando las relaciones entre China y Japón se deterioraron, el té dejó de ser apreciado y consumido en la corte japonesa, por tratarse de un producto chino. A principios del siglo Doce, la situación mejoró y otro monje japonés llamado Eisai fue el primero en visitar China. De vuelta, trajo consigo más semillas de té y las enseñanzas del budismo Zen.

El consumo del té y las creencias budistas evolucionaron de manera paralela y los japoneses desarrollaron una ceremonia compleja y única. Hasta la fecha, la ceremonia japonesa del té, Cha-no-yu, implica un modelo definido de comportamiento diseñado para crear un silencioso interludio durante el cual el anfitrión y los huéspedes tratan de revitalizarse espiritualmente y alcanzar la armonía con el universo.
La ceremonia del té capta los elementos esenciales de la belleza artística y de la filosofía japonesa. Combina cuatro ideas básicas : la armonía con las personas y con la naturaleza, el respeto por los demás, la pureza de corazón y espíritu, así como la tranquilidad. La ceremonia, que puede durar hasta cuatro horas, suele celebrarse en casa, en una habitación especial destinada a tal efecto, o en lo que se conoce como una "casa del té".
(fuente: http://www.biomanantial.com/historia-del-te-a-23.html)